El año tecnológico está llegando a su cierre y como siempre ocurre, muchos de los productos y servicios presentados a lo largo de este ciclo gozaron de la aceptación popular, y otros no tuvieron la suerte o el empuje para salir adelante.
Algunos fracasos, fueron reconocidos por sus fabricantes, otros no llegaron a cumplir los objetivos fijados y también están los que no superaron la línea de venta que se les fijó.
Fue la apuesta de Google en el rubro de la telefonía móvil. El aparato que sólo se vendía en los Estados Unidos, no llegó a superar las 135 mil unidades en sus 74 días de vida. Una cantidad muy exigua si se la compara con el 1,7 millón que obtuvo el iPhone 4 en apenas tres días. Un estudio de Flurry indicó que uno de los problemas fue su método de distribución, ya que había que adquirirlo a través de la página de Google.
La polémica ley Hadopi, fogoneada por el gobierno francés de Sarkozy para bajar los índices de la piratería a través de la tecnología P2P, demostró su ineficacia. Entre las sanciones ejemplificadoras, el sistema preveía el envío de tres avisos a los infractores que, de no cesar con sus actividades ilícitas, serían penalizados con multas y la desconexión del servicio. Pero este particular método de castigo nunca se puso en práctica.
Las últimas cifras de ventas en Japón, país donde esta consola portátil de Sony tiene una gran penetración, no fueron del todo alentadoras. Mientras que en la primera semana de marzo se despacharon 1.275 unidades, la Nintendo DSi la triplicó: 4.316. Además de un precio elevado, recortaba la pantalla y no incluía unidad lectora.
Los primeros videos de este juego exclusivo para la consola de mesa Xbox se conocieron en 2006 y desde hace 5 años que el proyecto se viene aplazando. Este año fue estrenado y aunque estaba predestinado a ser un número uno, no pudo pasar de un modesto octavo puesto. Michael Pachter, analista de Wedbush Morgan especializado en videojuegos dijo: “Me entristece ver las ventas tan bajas de Alan Wake. Es un gran juego pero tuvo mala suerte”.
Preocupados por las caídas en sus ventas, los creativos de la empresa finlandesa ungieron a este smartphone como el gran salvador. Sin embargo, la crítica no tuvo ninguna piedad con el mesías. En el blog especializados Engadget fueron concluyentes “tras el estrepitoso fracaso del N97 y N97 Mini, si albergábamos alguna esperanza de que el N8 devolviese a Nokia a su lugar histórico, ésta se desvanece al sostenerlo en nuestras manos, dándonos la sensación de que una vez más vuelven a llegar tarde con una propuesta lenta, anticuada y sin futuro”.
